jueves, 17 de diciembre de 2015

Construcciones importantes

¿Sabías que México tiene el primer lugar en América en número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco? Esto se debe debido a la relevancia cultural de muchas de las obras arquitectónicas de nuestro país, ya que aquí, se conservan partes enteras de ciudades prehispánicas, ejemplos intactos de estructuras coloniales y cómo olvidar las edificaciones modernistas que surgieron dentro del funcionalismo y dieron vida a la nueva arquitectura mexicana del siglo XX.



Catedral Metropolitana de la Ciudad de México (1524-1813)

Esta podría ser considerada el ejemplo máximo de la arquitectura colonial en todo el continente, está ubicada en el Centro Histórico y su construcción tardó tres siglos en finalizarse por completo. Su estructura narra a través de sus muros las múltiples etapas del México Virreinal pues éstos presumen diferentes estilos arquitectónicos entre los que se reconocen fácilmente elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos que convergen de manera armoniosa.



Palacio Postal (1902-1907)

También conocido como el Palacio de Correos de México o la Quinta Casa de Correos, es una de las edificaciones de arquitectura ecléctica más emblemáticas del Centro Histórico, una de las huellas más claras del Porfiriato. El edificio es de arquitectura ecléctica y ostenta una combinación de elementos pertenecientes a los estilos del plateresco isabelino fusionado con el gótico veneciano. Su última restauración se llevó a cabo en la década de los 90.


   



Palacio de Bellas Artes (1904-1934)


Cinco edificios históricos en la Ciudad de México



Torre Latinoamericana (1948-1956)

La Torre Latinoamericana fue inaugurada como el primer y más grande edificio en el mundo con fachada de vidrio y aluminio, además de ser el primer rascacielos construido en una zona de alto riesgo sísmico. La estructura fue finalizada a principios de 1956 y obtuvo el prestigio máximo tras resistir el potente terremoto de 1957 gracias a su estructura de acero.




Museo Universitario Arte Contemporáneo (2006-2008)

Coloquialmente conocido como MUAC, se trata del primer museo público destinado para el arte contemporáneo en México. El proyecto corrió a cargo del arquitecto Teodoro González de Léon y tardó solo dos años en concluirse. La arquitectura del edificio es casi futurista, sello característico del arquitecto mexicano y ostenta un interesante diseño de iluminación pues todas las salas cuentan con iluminación natural filtrada con doble reflejo que produce luz envolvente y permite apreciar fácilmente las obras que alberga en su interior.


EN EL CERRO DEL CHAPULÍN...


El Castillo de Chapultepec es una construcción palaciega ubicada en lo alto del cerro del mismo nombre, en el centro del Bosque de Chapultepec, situado en la Ciudad de México, a una altura de 2.325 metros sobre el nivel del mar. Fue construido por el virrey Bernardo de Gálvez y Madrid. Dicho castillo tiene un estilo un estilo barroco


El recinto tuvo reconstrucciones, modificaciones y adaptaciones en su arquitectura, debido a los daños que le causaron los ataques del ejército estadounidense; están las adecuaciones que hicieron arquitectos austriacos, franceses, belgas y mexicanos, en lo que había sido el jardín del Palacio Virreinal por mandato de Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota.


Durante este periodo el castillo adquirió un aspecto moderno de parte de arquitectos europeos y mexicanos contratados por Maximiliano.
Castillo de Chapultepec exterior e interior

Casa Estudio Luis Barragán

© Usuario de Flickr: LrBln
En el barrio de Tacubaya, en el número 12 de la calle General Francisco Ramírez, se erige una fachada de concreto sobria que podría pasar inadvertida de no ser por su gran tamaño. Es difícil imaginar que adentro se resguarda una joya arquitectónica del siglo XX, merecedora de varios premios nacionales e internacionales y visitada por miles de personas cada año.

La fachada de la casa estudio de Luis Barragán fue construida con el objetivo de integrarla con el resto de las construcciones de la zona, que son principalmente casas de trabajadores, talleres, tiendas y fondas. Sin embargo, quien tenga la fortuna de cruzar la puerta se encontrará con algo completamente distinto: un espacio amplio, lleno de cómodos rincones, donde lo tradicional se mezcla con lo moderno y cada detalle está cuidadosamente pensado.

Construida en 1948, la Casa Luis Barragán ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial. De hecho, es el único inmueble particular en América Latina que ha logrado tal distinción.

Esta vivienda, que fue habitada por su creador hasta su muerte en 1988, se conserva en su estado original y en excelentes condiciones. Es uno de los sitios más visitados en la capital mexicana por arquitectos y conocedores de arte de todo el mundo.

El autor

Luis Barragán nació en 1902 en Guadalajara, Jalisco, donde realizó sus estudios profesionales y se graduó como arquitecto e ingeniero civil. Después, permaneció en Europa durante algunos años y, de regreso a México, diseñó bellos jardines, fraccionamientos, clubes de golf y reconstruyó obras antiguas como el convento de las Capuchinas, al sur de la Ciudad de México. Barragán fue el creador de Jardines del Pedregal, uno de los fraccionamientos más exitosos de la ciudad, y de las torres de Satélite, que se convirtieron en símbolo de la zona. Asimismo, construyó obras emblemáticas en Manzanillo, Acapulco y Monterrey, entre otros estados.

En 1976, el Museo de Arte Moderno de Nueva York exhibió su obra, lo que lo lanzó a la fama internacional. En 1980, Barragán recibió el premio Pritzker, el reconocimiento más importante en su campo concedido por la fundación estadounidense Hyatt. Siete años después, en 1987, fue merecedor del Premio Nacional de Arquitectura.

Luis Barragán murió el 22 de noviembre de 1988 en su casa de Tacubaya, en la Ciudad de México.

Los interiores

El interior de la casa contrasta fuertemente con la fachada, de expresión austera e intencionalmente anónima. Sus cuartos y salones reciben la luz del sol a través de ventanas estratégicamente posicionadas; asimismo, ninguna habitación recibe la luz uniforme de un foco colocado en el techo, sino que todas se iluminan con lámparas de formas diversas que se colocan sobre muebles o en el piso y que resaltan ciertos detalles del cuarto.
© Usuario de Flickr: LrBln

En toda la casa, la luz, los colores, muebles y adornos conviven en perfecta armonía. Los muebles son creaciones originales, algunos de ellos rediseños de objetos de uso cotidiano, y nunca objetos producidos en serie. La casa también alberga una colección de reliquias antiguas de arte sacro y de objetos ceremoniales tribales.

La portería es el primer espacio de la casa; se trata de un acceso pequeño iluminado por luz natural, misma que se filtra por un vitral amarillo. Construida con madera y piedra, funciona como un lugar de espera. El vestíbulo, el acceso a la casa, destaca por su piso de piedra volcánica, sus muros rosas y su retablo barroco.

Uno de los espacios más bellos de la casa es la biblioteca. Con paredes tapizadas con cientos de libros, este silencioso lugar de trabajo destaca por sus muebles sobrios y confortables y por la amplia ventana que ilumina el salón.
© Cortesía de Casa Luis Barragán

El taller, con su techo inclinado de madera; el patio de las ollas, un pequeño lugar resguardado entre muros blancos dedicado a la vegetación y el agua; el jardín, donde abundan los jazmines y las clivias; la cocina, amplia y bien iluminada, y la recámara de los huéspedes, que mira hacia la calle, son los espacios que se recorren antes de alcanzar la habitación principal o el “cuarto blanco”.

La habitación principal está ubicada en la segunda planta y cuenta con vista al jardín. Este espacio evidencia la formación espiritual de Barragán, quien prefería conservar en su dormitorio pocos objetos con el fin de no distraerse, de desapegarse de lo material y sentirse liviano. El cuarto cuenta con un acceso a la terraza, que ofrece una vista privilegiada de la zona.

© Usuario de Flickr: LrBln© Cortesía de Casa Luis Barragán 

Hospicio Cabañas
Guadalajara, Jalisco.

Diseñado por Manuel Tolsá, conocido Arquitecto y Escultor español, quien inició su construcción en 1805 hasta exhibir su corte neoclásico rematado por una cúpula que semeja la corona española que hoy en día podemos apreciar.


Abre sus puertas en 1810 todavía en construcción y durante la guerra de independencia, pasó a ser ocupado por soldados convirtiéndose en la ciudadela más importante de la ciudad. Después de aproximadamente siglo y medio vuelve a su objetivo inicial con la llegada de las Hermanas de la Caridad en 1852; sin embargo, fue hasta 1983 cuando dejó de prestar servicios como Hospicio, convirtiéndose en la sede de la cultura que tomó el nombre de Cabañas en homenaje a las obras desarrolladas por el obispo, transformándose en el museo y centro de promoción cultural de la ciudad.

Hospicio cabanas 1.jpg

Morelia

La Catedral de Morelia:

Edificada entre 1660 y 1744. Debido al largo tiempo que duró su construcción, presenta influencia tanto barroca como neoclásica. En su interior se aloja un órgano alemán de 4 mil 600 flautas, uno de los más grandes de Latinoamérica. Te recomendamos visitar la Catedral los sábados a las 8:45 de la noche, pues a esta hora se lleva a cabo un show de luz, sonido y juegos pirotécnicos. Este bello edificio barroco de cantera rosa muestra un sinnúmero de toques neoclásicos. Su interior también resguarda el Cristo de la Sacristía, fabricado de pasta de maíz.





Centro cultural Universitario


Otra joya arquitectónica moreliana es el Centro Cultural Universitario, el cual pertenece a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Este edificio data de 1992 y en su interior se llevan a cabo exposiciones de pintura, fotografía y presentaciones de libros. No dejes de visitar el Palacio Municipal, un edificio que data del siglo XVIII. En medio de su enorme patio de forma octagonal luce una fuente rodeada por jardines.





domingo, 29 de noviembre de 2015

5 iglesias, 5 estilos.



Con la llegada de los españoles y la conquista de los pueblos prehispánicos que habitaban México, llegó también la fe cristiana y con ella buena parte de la cultura occidental reflejada en la arquitectura. A lo largo de casi 500 años los estilos arquitectónicos fueron evolucionando, dejando a su paso una gran variedad de edificaciones sacras que resumimos en 5 estilos, cada una con un representante:

Renacentista: Iglesia de San Juan Bautista, Coyoacán, Distrito Federal

Edificada por monjes franciscanos, la cual es fiel reflejo del estilo renacentista, que apuesta por fachadas con formas simples, si bien su interior corresponde al siguiente estilo arquitectónico: el barroco.



Barroco Herreriano: Catedral de Puebla


Su estilo, aunque conserva el rigor geométrico del Renacimiento, comienza a esbozar la grandiosidad del barroco, si bien no por lo recargado de sus elementos, si por las grandes dimensiones de sus espacios. No en balde su construcción demoró 74 años.



Barroco Churrigueresco: Templo de Santa Prisca, Taxco, Guerrero

El término churrigueresco proviene del apellido Churriguera. Los Churriguera, eran una familia de arquitectos barrocos cuya obra se caracteriza porque presenta una recargada decoración. Uno de sus máximos exponentes es el Templo de Santa Prisca en Taxco, el cual, según el relato popular fue construido en siete años. En su interior, sus nueve retablos están cubiertos en su totalidad con oro.



Neogótico: Templo Expiatorio, León, Guanajuato

En un estado profundamente religioso destacan una gran cantidad de iglesias y catedrales. Esta construcción tiene el mérito de ser el máximo exponente del Neogótico en México, tanto por sus dimensiones como por su soberbia estructura. Su construcción tomó 93 años, y fue realizada sin interrupción de 1920 a 2013, cuando fue la visita del papa Benedicto XVI.



Modernista: Basílica de Guadalupe, Gustavo A. Madero, Distrito Federal

La gran afluencia de feligreses de la Basílica de Guadalupe requería de un templo mucho más grande, en el cual se pudiese albergar a la nutrida concurrencia que diario visita a la Virgen de Guadalupe. El templo y el atrio son 1.8 veces más grandes que el Zócalo de la Ciudad de México y su capacidad es similar a la del Auditorio Nacional (10 mil personas).

lunes, 16 de noviembre de 2015

Palacio de Bellas Artes (ART NOUVEAU EN MEXICO)



El Palacio de Bellas Artes, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es la casa máxima de la expresión de la cultura, el teatro lírico más relevante y el centro más importante del país dedicado a todas las manifestaciones de las bellas artes. La Unesco lo declaró monumento artístico en 1987.




Inaugurado bajo el nombre de Museo de Artes Plásticas, el 29 de noviembre de 1934, fue el primer museo dedicado a la producción plástica y también el origen indiscutible del sistema de museos de arte por ser el primer museo de arte en México. Su construcción fue encargada por el presidente mexicano Porfirio Díaz al final de su mandato, con motivo de la celebración delCentenario del Inicio de la Independencia de México. Como institución, depende del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), del gobierno federal.




El Palacio de Bellas Artes comenzó a construirse el 2 de agosto de 1904 con el objeto de reemplazar al demolido Teatro Nacional de México. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari, quien diseñó un edificio ecléctico mezclando los estilos Art nouveau y Art decó en su construcción se emplearon mármol blanco de Carrara en la fachada y mármoles de diversos tonos en el interior. Además posee obras de muralistas mexicanos como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, José Clemente Orozco.


La altura del edificio es de 53 metros hasta el espiral y 42,5 m hasta el techo. Cuenta con 4 pisos y un estacionamiento subterráneo. Además de la sala principal, hay otros espacios, como la Sala Manuel M. Ponce, la Sala Adamo Boari, una cafetería, una librería y salas de exposiciones tanto temporales como permanentes.



El edificio debía ocupar el área comprendida entre las calles La Mariscala, Puente de San Francisco, Santa Isabel y Mirador de la Alameda (hoy llamadas avenida Hidalgo, avenida Juárez, Eje Central Lázaro Cárdenas y Ángela Peralta). Sin embargo, debido a problemas técnicos de hundimiento del suelo, problemas económicos, la salida de Boari del país y la Revolución mexicana, la construcción se suspendió y se reanudó varias veces durante treinta años, en vez de terminarse en los cuatro años originalmente programados.